Nuestra habitación, es nuestro espacio más íntimo, en el que descansamos y guardamos nuestros objetos más personales: el dormitorio.
A nivel estético, ya comentamos, que los colores en la decoración y textiles deben trasmitirnos relax y recogimiento. Encontrarnos a gusto en este espacio es vital para que descansemos bien y nos sintamos en forma para un nuevo día.
El post de hoy lo dedicaremos a habitaciones para adultos. De las de los niños hablaremos en un post aparte, ya que su mundo y su organización son muy especiales.
A nivel práctico, la organización dependerá de si nuestra habitación la compartimos con otra persona o es únicamente para nosotros. En el primer caso, debemos delimitar muy bien los espacios de cada uno y respetarlos.
Es importante aprovechar al máximo los espacios y resulta muy útil optar por muebles de doble uso.
Un claro ejemplo, podría ser la cama. Es la protagonista indiscutible de la habitación . Aprovechar al máximo el espacio de debajo, con cajoneras, o adquiriendo un canapé abatible, para guardar ropa de otra temporada, mantas, edredones o incluso zapatos se traducirá en un desahogo importante. A la hora de elegir la cama, pensar que es vital calcular cual es la medida que más se adapta a a las dimensiones de la habitación y respetar las distancias correctas para que podamos movernos con soltura.
Otros elementos prácticos y decorativos de doble uso, podrían ser cestos de mimbre, apilables, o un baúl colocado a los pies de la cama: nos servirá para dejar la ropa, sentarnos para cambiarnos y guardar lo que necesitemos en su interior.
Junto a la cama, una mesilla (si no caben dos), en la que colocar una lámpara de sobremesa y tu libro de lectura, las gafas, el despertador…para todo aquello que necesites tener a mano a la hora de ir a dormir o al levantarte. Si quieres ganar espacio visual, con una balda colocada en la pared a la altura correcta bastará.
No llenes la habitación de muebles y de objetos que puedan entorpecer el que te muevas con facilidad. Si te cabe una cómoda, perfecto, si no, coloca estantes altos. Con cajas bonitas para guardar y algún detalle decorativo, te resultaran muy prácticas.
El segundo protagonista indiscutible del dormitorio es el armario, pieza angular para mantener el orden. Un armario desorganizado puede provocarnos sensación de agobio o de malhumor cuando no encontramos aquello que buscamos.
Lo primero que debemos tener presente para organizarlo es pensar en que todo debe estar a mano, dando prioridad a lo que más usamos. Puedes colocar las prendas según tu rutina diaria, ropa de trabajo, y ropa más de sport, o por piezas: pantalones, camisas, americanas, etc. Si además la colocas por colores, te será mucho más fácil localizar lo que buscas y visualmente dará mucha más sensación de orden.
Actualmente, hay una amplia oferta de accesorios para organizarlo: diferentes tipos de perchas, organizadores cajones para la ropa íntima, separadores, etc.
Por último, si no sabes dónde ubicar pañuelos, foulards o collares, piensa que una buena opción es colgarlos de una barra en la pared. Decoran, reflejan tu personalidad y los tendrás siempre a mano.