…y lleno de ilusión.
¿Sabíais que una mudanza se encuentra en el tercer lugar en el ranking de cambios que nos causan estrés por detrás de un duelo y un despido?
Quien haya pasado por alguna, sabrá que no es para nada exagerada esta afirmación: desmontar una vivienda entera, armarios enteros de ropa, juguetes, librerías, muebles hechos a medida, todo lo de la cocina!!!!! . Si nos ponemos a pensar podemos empezar a entender, y si nos toca hacerlo, a estresarnos…
Las claves para que este trance no nos supere, y no acabemos peleándonos con todo aquel que tengamos cerca, son la actitud, la previsión y la organización.
En vez de ver solo el lío que se nos viene encima, hay que mirar más allá. Cada vez que nos agobiemos, tenemos que pensar en el objetivo y el resultado. Estamos trabajando en un nuevo proyecto, y queremos que nos salga bien, para poder disfrutarlo con los nuestros. Un nuevo hogar, una nueva experiencia, una nueva etapa, nuevos vecinos, nuevo barrio, un nuevo mundo para descubrir.
La previsión nos ayudará muchísimo a bajar la presión de los últimos días. Hay que empezar a hacer cajas con tiempo, nunca será demasiado pronto. Lo primero es empezar por todo aquello que nos sea prescindible, que no necesitemos en el día a día: toda la ropa de la otra temporada, libros, objetos decorativos, cuadros, etc. Cuando queden quince días para el día del cambio, debéis decidir que es aquello que os resulta imprescindible para esos días, como si os fuerais de viaje, y el resto , ¡¡ a las cajas!!.
Si tenéis la oportunidad de ir trasladando poco a poco los bultos al nuevo espacio, e ir colocándoles durante ratos los fines de semana, o alguna tarde , fantástico. Si no es así, intentar destinar una habitación o algún espacio para guardarlos. Intentar que las cajas sean de la misma medida, nunca muy grandes, para poder moverlas con facilidad, y que no nos creen sensación de desorden una vez amontonadas.
Desde el primer momento, primera caja, empezar a organizar: elegir por ejemplo, un color para cada habitación, y con cada uno, ir numerando las cajas y anotando el contenido, de manera que cuando lleguen al nuevo espacio, podamos guardarlas directamente en la habitación de destino sin ni siquiera tener que leer que contienen.
Haceros con un bloc el primer día que empecéis a empaquetar, e ir apuntando por habitaciones (colores) el numero de cajas de cada color y que su contenido. Así seguro que no perdéis nada. El día de la mudanza debéis llevar ese bloc colgado con una cinta, será la única manera de no perderlo, y de mantener el control.
Es casi como un juego. Sólo con estas tres pautas, el caos prácticamente desaparece.
Montar un nuevo hogar, una nueva casa, puede ser muy bonito, un sueño, una ilusión. Y hay muchos más trucos. Si queréis, yo os ayudo. Puedes contactar conmigo via mail, desde aqui .