Se acaban las vacaciones y volvemos a casa
¡ Las malas lenguas pregonan que es una experiencia desoladora emocionalmente!. Y nada más lejos de la verdad: todo depende del color del cristal con que se mire.
Volver a casa tiene mil aspectos positivos: el reencuentro con la familia y los amigos, la serenidad que nos da la rutina, el orden en los horarios, etc.
Entrar de nuevo en nuestro hogar supone siempre una sensación agradable: su aroma, inconfundible, los muebles, las fotos …nos recuerdan que ese es nuestro lugar, nuestro refugio. Cuantas veces decimos «extraño mi casa» al final de las vacaciones.
Una puesta a punto de la casa, puede resultar sencilla si seguimos unas pautas.
Al entrar, deja las maletas en la habitación y dedícate un rato a disfrutar de tu llegada. Te proporcionará calma y bienestar.
Sube persianas, abre ventanas, respira hondo y sonríe. Llama a tus amigos, toma contacto con tu vida y tus cosas de siempre.
Prioriza las tareas más importantes que tengas que hacer. Poco a poco todo se irá colocando y poniendo y en su sitio. Busca realizar primero aquello que te hará sentir mejor, para que la vuelta no sea tan traumática para ti.
Al vaciar las maletas, ves seleccionando ya las prendas que son exclusivas del verano, y si están limpias, guárdalas en bolsas. De ese modo, el cambio de armario del próximo mes resultará mucho fácil.
A nivel de limpieza general, haz una pasada rápida, si crees que es imprescindible. En unos días ya tendrás tiempo de ponerlo todo al día.
Si tienes niños, disfruta con ellos del recuentro con sus juguetes, libros y habitación. Hazlos participes de esta vuelta, involucrándolos en la organización de sus cosas.
Un par de días suelen ser suficientes para reubicarnos. Una vez lo vayamos teniendo todo organizado, la sensación de bienestar nos hará sentir aún mejor.
Saborea tu fortuna: has disfrutado de unos días de relax y diversión, vuelves cargado de energía, y tienes un hogar maravilloso del que seguir disfrutando.
El mes de septiembre transforma nuestra vida, el paisaje se muda y mil tonalidades de rojos, naranjas, ocres y marrones nos invaden. El tiempo cambia y el otoño se acerca. En unas semanas ya nos apetecerá empezar a sacar ropa de abrigo, y que nuestro hogar nos proporcione la calidez y recogimiento que el clima del otoño reclama.
La puesta a punto no ha hecho más que empezar.