Cuando se requiere elegir una paleta de colores, para la decoración de una vivienda, habrá que utilizar todo nuestro conocimiento e intuición para escoger la combinación de colores correcta. Una buena técnica es aplicar la armonía o el contraste.
Pero sabemos que es? veamos un poco de teoría, nunca viene mal.
Armonía: Existe armonía cuando la integración de todos los colores producen una unidad grata a la vista, equilibrada y serena.
Contraste: Existe contraste cuando la unión de varios colores produce una especie de choque que crea una unidad cromática más vital y dinámica. Con cuidado en que la oposición no sea muy agresiva, sino se produce lo contrario, la desarmonía.
Un ejemplo del l límite entre la desarmonía y la armonía es este salón. Nos muestra el línea fina entre la armonía y la desarmonía.
Si bien, el morado contrastar con el verde de las otras paredes, al ser de un tono más oscuro, no llega a crear armonía como el verde con los muebles y la alfombra. Combinar dos colores con tanta personalidad no suele dar muchos buenos resultados. Lo mejor es uno claro y otro oscuro.
En general, el uso ideal del color es aquel que integra, en un mismo ambiente, armonía y contraste.
Aunque existen otras diferentes maneras de combinar colores. Según sean cálidos o fríos, oscuros o claros.

¿Por qué se llaman así? Porque los estudios demuestran que producen calor en las persona. Una pared en un ambiente claro, pintada de un rojo oscuro o terracota, da energía al ambiente y crea movilidad de la luz.


Úsalos en las habitaciones y zonas, donde el calor es frecuente. Así como los colores cálidos nos hacen sentir acalorados, los fríos refrescan el ambiente.

Pueden aclarar las zonas más oscuras de la casa, como el vestíbulo o cuartos con poca entrada de luz natural. También son una buena opción para habitaciones que tienen muchos muebles oscuros.
Independientemente esto, hay que lograr contrastes. Hemos estado en una vivienda con espacios fantásticos y buena luz, pero tanto puertas, marcos como las paredes con un blanco inmaculado, que hacía que todo el ambiente pareciera una sala de hospital.
Hay que intentar, si se tiene puertas y rodapié blanco, las paredes de tonos claros pero con un ligero color, por ej, grises muy suaves o blancos rotos que reflejan muy bien la luz

También son perfectos para camuflar la altura excesiva de un espacio o de mucho tráfico de personas.
Son el contrario de los colores claros. Son ideales para habitaciones con muebles y suelos claros.
Independientemente esto, es aconsejable usarlos en combinación con claros, por ej, las molduras de un techo en blanco y el techo más claro del mismo color. O una pared solo oscura, y el resto claro. Si no, nos terminaremos cansando.
Colores en exceso oscuros, no los recomendamos para un dormitorio o salas de descanso.
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