He ido a la casa de un amigo, y tenia un mapa con chinchetas de colores, que indicaban los lugares del mundo donde había estado en sus viajes. Me pareció una idea muy divertida, aunque su solución no me gustara. No dejaba de ser un mapa en papel puesto en una pared. Así que he buscado por ahí, otras soluciones para montar una pared con nuestros viajes, que llamaremos “mi muro viajero“.
Opción 1: Un vinilo de un mapa mundi, para una pared, y con chinchetas, etiquetas de papel e hilo, marcamos los lugares visitados. Se puede agregar una foto tipo Instagram (formato cuadrado) del viaje con la imagen que más lo represente o como se ve en la foto, una etiqueta con foto, como recordatorio o se puede escribir un comentario del viaje como la opción de la foto abajo. No en todos los viajes lo pasamos igual, puede ser un lindo recuerdo del viaje.
Opcion 2: La misma que la anterior pero para nuestra ciudad o una que nos gusto mucho. Un plano de la ciudad donde vivimos, y a las tarjetas le ponemos fotos recordatorias. Por ejemplo es ideal esta solución, para hacernos una guía privada de nuestros restaurantes preferidos, colocando en la parte de atrás de las tarjetas nuestros comentarios sobre ellos. Así sabemos cuales nos gustaron y porque. Se necesita el plano base, las etiquetas que se compran en cualquier papelería, el hilo y las chinchetas.
Opción 3: Un mural en la pared con un mapa mundi, y fotos de los viajes en cuadros que con una línea de hilo, se asocia el cuadro de la foto con el destino en el mapa. Este modelo es ideal para una pared en el salón o en un pasillo de la casa. Es una manera divertida de tener siempre presente lo bien que lo hemos pasado viajando. Se necesita el vinilo para la pared, los cuadros que pueden ser marcos de IKEA y el hilo con las chinchetas. Nada más.
Con cualquiera de estas tres soluciones, se puede decorar una pared, de manera personalizada y única. Con poco dinero pero mucha imaginación y creatividad. Te animas?