Ayer he vuelto a Ikea, con una cliente, para comprar accesorios para su baño que le acabamos de reformar. Tengo que reconocer, que esta tienda se supera año a año.
No me extraña, teniendo en cuenta el volumen de facturación que me imagino tienen que tener, teniendo en cuenta la cantidad de gente que hay siempre, incluido los lunes que se supone que no debería haber tanta gente.
Hay cosas que a mi no me gustan, porque no tienen flexibilidad. Por ej, sus armarios. Mucho cálculo hay que hacer para adaptar uno de sus armarios en el espacio que tenemos. Pero si se puede, reconozco que son la solución, por buenos, desarrollados en detalles que da gusto y sobre todo, su precio.
Si nosotros instalamos armarios de Ikea porque nos ajusta su medida, solemos darle un remate con el carpintero en cuanto a darle unidad estética con el rodapié o las jambas. Una buena solución y que reconozco que cumple las tres B (bueno, bonito y barato) es hacer el hueco exacto, con una holgura de 2 o 3 cm que luego tapara la jamba, de obra o con pladur, para incorporar sus armarios.