El recurso de usar baldas en una pared, no solo sirve para lo que son, almacenar cosas, sino que su sola presencia, forma o color, puede decorar toda una habitación.
En un salón, pueden ser el marco perfecto para nuestras fotos o cuadros sobre el sofá. Una manera ordenada de tenerlos pudiendo aprovechar la versatilidad que nos da que los cuadros se puedan mover tantas veces como se quiera al no estar sujetos a la pared.
En un espacio de trabajo, son de gran ayuda para tener todo a mano en altura, y no tener que llenar los planos horizontales con las cosas que necesitamos.
En las cocinas, están reemplazando a los estantes cerrados para las vajillas. Muy de estilo nórdico, y juvenil.
Son ideales para recuperar pequeños rincones, dándoles utilidad de almacenaje.
En un baño, estratégicamente colocadas en espacios residuales como sobre un sanitario, sirven de apoyo para las cosas que necesitamos a mano en pequeños espacios.
En un pasillo o en un dormitorio, nos pueden servir para otros usos como colocar los zapatos, sin necesidad de un mueble.
En definitiva, las baldas o estantes, como se quieran de llamar son un recurso impensable de no tener actualmente en cualquiera casa moderna. Se encuentra en infinidad de tamaños, materiales, colores y combinaciones posibles. Solo tienes tu que buscar la que más te guste o necesites.
Algo tan simple, es un tesoro en cualquier decoración. Anímate a buscar la que más vaya con tu estilo y necesidad. Seguro encontrarás la apropiada para cambiar tu espacio.
Cambia tu espacio y con ello tu vida…
Imágenes @Pinterst
