El “estilo” –o más bien la mezcla de estilos e influencias– que llamamos art déco empezó en París, , alrededor de 1910, en buena parte como reacción contra el art nouveau, que había vuelto al simbolismo del XIX y a la naturaleza como fuente de inspiración de las artes. Los creadores del déco tenían el deseo de crear algo nuevo, pero al mismo tiempo concentraron en sus prácticas una enorme variedad de fuentes e influencias, que iban desde los estilos nacionales históricos –en el caso de Francia, los de los siglos XVIII y XIX– hasta las tradiciones vernáculas, pasando por las de otras épocas y otros países como la Grecia arcaica, Egipto, África, México, Japón o China, sin olvidar el influjo ejercido por las primeras vanguardias –en especial el cubismo–, pues como ya había ocurrido con los cultivadores del nouveau, los representantes del nuevo estilo estaban absolutamente al día de las corrientes artísticas más actuales.
Un claro ejemplo de ello fue el proyecto La Maison cubiste, presentado en el Salón de Otoño de París de 1912, con un programa decorativo que constaba de una fachada a tamaño natural diseñada por Raymond Duchamp-Villon –facetada en planos, como si de una obra de Pablo Picasso, Juan Gris o Georges Braque se tratara–, que incluía interiores decorados por Louis Süe y André Mare, Maurice Marinot, Jacques Villon, Roger de la Fresnaye y Marie Laurencin, y en cuyas paredes colgaban pinturas de los dos últimos, y de otros artistas como Marcel Duchamp, Fernand Léger o Albert Gleizes.
Con la capacidad de asimilar y reelaborar una gran variedad y disparidad de fuentes e influencias, quizá el rasgo más característico del art déco fuera su intención de ser “moderno” y, por tanto, evitar las imitaciones directas. Aunque quiso ser moderno –respondiendo a las condiciones impuestas por los avances técnicos, el progreso industrial, las comunicaciones y la planificación urbana de la ciudad del nuevo siglo– sin seguir los estrictos principios de lo que se ha denominado “modernidad” o “movimiento moderno”, unos principios que excluían lo decorativo y toda forma ornamental, consagrando como líneas directrices la funcionalidad y la forma abstracta.
La diversidad de fuentes privó al art déco de un cuerpo único de rasgos estilísticos. Desde las flores estilizadas y la importancia de la luz o de las fuentes ya presentes en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas celebrada en París en 1925, hasta el Modern Jazz y el Streamline del diseño industrial norteamericano que se impuso entre los años treinta y cincuenta en todo el mundo, al art déco se le puede reconocer cierta unidad, sin embargo, por su culto a la calidad, su incorporación de las formas de vida modernas, la celebración de lo nuevo, de la sensualidad juvenil y también del consumo. Además, el déco cultiva la elección de materiales exóticos, la calidad de su factura y un dominio maestro de las técnicas de seducción del gusto del público. Lo que conocemos como art déco fue un estilo moderno, pero alternativo a la vanguardia; y se convirtió en el gran estilo del deseo y el gusto modernos, tan característicos de las sociedades occidentales y del capitalismo de las primeras décadas del siglo XX.
El art déco nació en París tras el fin de la Primera Guerra Mundial y se prolongó en el tiempo hasta que las consecuencias del Crack de Wall Street de 1929 se hicieron sentir también en Francia, a partir de 1931. Hacia 1929 comenzaría a abrirse paso en su seno otra sensibilidad, más en tránsito hacia la otra modernidad, que reaccionaba contra el lujo excesivo y la voluptuosidad ornamental de buena parte del primer art déco.
Las características generales del Art Déco que fueron utilizadas tanto en decoración, como en arquitectura son:
• El Art Déco se basa principalmente en la geometría imperante del cubo, la esfera y la línea recta, además de los imprescindibles zigzags.
• Tratan de representar algunas abstracciones que muestran en la naturaleza, rayos luminosos radiantes, fluidos acuáticos, nubes ondulantes.
• Representación faunística haciendo referencia a ciertas cualidades como la velocidad y usan para ello gacelas, galgos, panteras palomas, garzas.
• Representación de flores, los cactus, las palmeras, representados por medio de delineaciones geométricas.
• Utilización de nuevos materiales como la baquelita, el cromo y el plástico, maderas nobles el ébano y el palisandro, pieles naturales de zapa, de tiburón y el carey.
• Se utilizan motivos inspirados en los objetos de los descubrimientos arqueológicos de otras culturas.
• En arquitectura, además de las formas geométricas, se recurre a remates terminados escalonadamente y con proas marítimas que sostienen mástiles que sirven como astas; arcos y puertas ochavadas y lujosos materiales como el mármol, el granito y el aluminio consuman el aparato decorativo.
• Se utiliza la figura humana de hombres gimnastas, obreros, habitantes de las urbes, luciendo el “look” de la época, junto a la de mujeres resueltas que participan en la producción económica, vistiendo una moda más atrevida, con el pelo corto a la “garzón” que fuman y participan en cócteles, denotando su liberación.
En Madrid, hasta el 28 de Junio, esta la exposición “El Gusto Moderno. Art Déco en París 1910-1935“, en la Fundación Juan March.
Hoy la fui a ver, y os la recomiendo. Vale la pena. Es única, y tienen visitas guiadas gratuitas, en una gran cantidad de horarios, y la entrada también es gratuita. Es una manera de ver todo el Art Dèco y lo que abarcó.
Os dejo un vídeo de la exposición por si viven fuera de Madrid, y no la pueden ver.
Ver vídeo de la exposición, desde aqui.
En Pinteres pueden ver este tablero, @jennifergermain,que tienen una gran variedad de objetos Art Dèco, en todas las áreas de desarrollo.
Fuente @Fundación March - @ArtDeco (trabajo propio)