La provincia de Jujuy se ubica en la zona norte de Argentina, limita con la República Plurinacional de Bolivia y la República de Chile. Queda a casi 1.500 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Desde el Aeroparque me tomé un avión a la ciudad de San Salvador de Jujuy, y desde allí fui en combi hasta Tilcara.
El viaje fue organizado por Tilcarallajta, con el fin de conocer la cultura de las cercanías de Tilcara, y visitar los ateliers de algunos artistas de esa zona.
Tilcara
La ciudad de Tilcara fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Se encuentra a unos 2.000 metros de altura, así que fue necesario adaptarse un poco a la altura.
Para ello me recomendaron los caramelos de coca, que llegan desde Bolivia; o el simple “coqueo” que consiste en colores dentro del a boca, sin masticar, dos hojitas de coca, y dejar que la saliva las ablande. Esa simple poción mágica evita los efectos de la altura, que aparece con mareos, dolores fuertes de cabeza y otros malestares.
Recorrimos sus calles, y conocimos el mercado local. Allí se encuentran papines de todos los colores. La variedad que tienen de papas es interminables. Todos con un sabor distinto, dulce, semiamargos, de todo.
Huacalera
Huacalera se ubica a pocos kilómetros de Tilcara, y pudimos visitar la casa del pintor Remy Resse, quien además es el Cónsul Francés en Huamahuaca.
Nos recibieron con un almuerzo que incluía zapallo de la huerta cuya planta había crecido a partir de semillas francesas; ensalada de verdes, zanahorias y flores, y de postre compotas de frutas de la misma huerta.
En el solar de la casa bordamos a la tarde, mientras Sandra de Tilcarallajta nos contaba la historia de Resse.
En el camino hacia el lugar observé que una casa tenía la puerta adornada de flores. Pude saber que las colocan como celebración de la casa que se está por inaugurar. A la noche se recibe a toda la familia y se festeja.
En un rincón de la casa vimos los típicos muñecos de pan que se hacen para el Día de los Muertos. En el mes de noviembre se hace un camino de pan que incluye todas las figuras de la familia para agasajar a los muertos que ese día visitarán a los vivos. Luego pasarán todos la noche en el cementerio visitando a los muertos.
Purmamarca
Seguimos nuestro viaje hacia Purmamarca, donde pudimos observar el Cerro de los Siete Colores.
Visitamos también la casa de Marta, quien nos enseñó a hilar lana, tomando el vellón de la oveja y hacer el ovillo. Y nos permitió sentarnos en su telar.
En Purmarmarca, recorrimos algunos locales, y encontramos máscaras hechas en arcilla; lanas teñidas con pigmentos naturales; prendedores y joyas realizadas en alpaca con figuras típicas de la cultura de Jujuy. Siempre incluyendo a la familia, a la madre y padre con sus hijos.
Humahuaca
Llegamos un domingo a Humahuaca, un lugar tranquilo, pequeño. Rapidito nos acercamos hasta la iglesia de San Francisco Solano, donde a las 12 horas en punto sale a darle la bendición a los concurrentes.
La gente se reúne frente a la iglesia, y de una puerta de un metro de altura sale un santo de madera, que se encuentra en el lugar desde 1940.
“La imagen mide 1,80 metros y está realizada en bronce con cabeza y brazos articulados. San Francisco Solano nació en 1549 en Montilla, España, y vino en 1590 a misionar a América. Predicó en el norte argentino, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, el chaco paraguayo, Santa Fe y en el Perú. Visitaba las cárceles, socorrió a los enfermos. Predicaba con palabras encendidas y con la música. Divertía y alegraba a los aborígenes. Se paraba en las esquinas de las plazas, tocaba el violín y la guitarra, cantaba y bailaba con gran alegría. Fue llamado el Taumaturgo por la cantidad de prodigios y milagros que se le atribuyen. Logró parar un ataque de langostas, tranquilizó a un toro embravecido que se había escapado, le lamió las manos al Santito, quien lo llevó nuevamente al corral. Hizo brotar agua donde hacía falta. Predicó contra la corrupción general. Predijo un terremoto. Se lo nombró Patrono del Folklore Argentino.” Fuente: Diario La Nación
Después de emocionarnos con ese momento, nos dimos una vuelta por la Catedral, cuyo altar de oro te deja sin respiración.
Y desde allí continuamos hasta Tantanakuy, un solar que dirige Juan Cruz Torres, hijo del famoso charanguista Jaime Torres, donde nos recibió con una comida exquisita y junto a José Simón y amigos cantaron en quechua, tocaron el charango y la guitarra para nosotras entonando música andina. Placer es la palabra exacta para describir ese momento.
Después del almuerzo nos invitaron a conocer los telares, y a visitar el cine que dirige Aldana Loiseau, donde pudimos ver cortos de un minuto hechos por niños, algunos de los cuales ganaron premios de Unicef.
Si, allí en Humahuaca hay un cine de unas 40 butacas reales, que todos los sábados desde hace 15 años proyectan películas para los chicos. Aldana además da clases de fotografía para los chicos.
Volvimos a Tilcara, y salimos a recorrer los locales. Todos con tesoros textiles que guardan las tradiciones, usan lanas locales, teñidas con elementos naturales vibrantes.
Tulmas en la Cooperativa de Artesanos de Volcán
Fue un viaje fantástico, que recomiendo a todo el mundo. Yo solo dije… Adiós Tilcara, hasta la próxima!!
Sandra de Espacio Claudelina
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