Fin de semana en una Estancia Argentina

Semana Santa fue el fin de semana elegido para pasar dos días en la estancia La Concepción, en Lobos, provincia de Buenos Aires, Argentina.

Lobos, es la tierra del General Juan Domingo Perón, allí nació, aunque dicen los lugareños que es oriundo de Roque Perez , una localidad vecina.

Para llegar a la estancia La Concepción hay que viajar desde la ciudad de Buenos Aires unos 145 kilómetros, hasta que se llega al kilómetro 146.5 de la ruta 205, donde se ingresa a un camino de tierra que a los 8 kilómetros invita a ingresar a la estancia.

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Luego de andar un poco, se llega a la casa principal.

El parque de la estancia tiene árboles de más de 100 años,  algunos de los cuales tienen carteles con el año de su plantación.

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Al fondo del jardín, la piscina que, aunque era de época, había sido bien acondicionada con el entorno. Además se encontraba rodeada de un lago.

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En el interior de la casa todo estaba intacto. Como si sus dueños, la tradicional familia Blaquier, se hubieran ido y nos hubieran dejado el lugar para descansar.

Todo está rodeado de fotografías familiares, esculturas, lámparas y muebles antiguos. En un estilo impecable.

Nos alojamos en una de las habitaciones principales, comunicada con otra más pequeña que parecía la habitación de la hija más pequeña de familia, la menor de 9 hermanos.

Las habitaciones estaban conectadas por un pasillo entelado, lleno de fotografías familiares, y adornos de porcelana.

El servicio en el lugar comprende pensión completa, servida en la vajilla de plata de la familia Blaquier. Una cocina sencilla, servida por el personal que nació y se crió allí, algunos de los cuales se han casado y ya tiene varios hijos.

En la parte algo alejada de la casa, detrás de árboles de cítricos, nos esperaba Juan quien nos llevó a dar una vuelta en carruaje, y luego nos mostró los que guardan en el campo, uno de los cuales es usado para la novia, cuando se casan en la capilla de la estancia.

Una capilla neogótica, sencilla, y deliciosa.

El último día fuimos hasta la ciudad de Lobos, antes de volver a Buenos Aires. Queríamos conocer la casa del general Juan Domingo Perón, hoy transformada en museo.

Una casa tradicional, muy bien conservada. Una ciudad tranquila.

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Entre los tesoros que encontré en la estancia, además del descanso, la lectura y la charla en familia, encontré este costurero que hacía las veces de mi mesa de luz.

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Esto de conocer estancias me gustó mucho.

Ya estoy en campaña para ubicar otras que merezcan la pena el descanso y la paz.

Hasta la próxima!

Bicha de Espacio Claudelina

 

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Un viaje al fin del mundo

Si tienes pensado hacer un viaje al lugar más austral de América, te cuento el mio de un fin de semana largo.

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Imagen de Ushuaia, Argentina, desde el Canal Beagel

Para llegar a Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, en Argentina, desde Buenos Aires hay que tomarse un avión que, en 3 horas y media, aterriza en la pista más austral del mundo.

Nos alojamos en el Hotel Arakur, que en su construcción y decoración utilizaron los materiales del lugar: piedra, madera y lana.

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El cuadro detrás de la recepción en tela.

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El loby del hotel con piedra natural de la zona y madera.

El primer día hicimos la excursión por el Canal de Beagle, que hacia los años ’80 tuvo un significado estratégico para la Argentina porque la zona fue disputada por Chile. Finalmente, con la intervención del Papa, se establecieron los límites geográficos que permitieron mantener la paz en la zona.

Durante la excursión se pueden ver islas llenos de cormoranes y sus nidos.

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Se sigue navegando, hasta llegar a uno de los faros más australes del mundo, al que se lo llama el faro del fin del mundo.

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El faro del fin del mundo

Bajamos del barco al término de la excursión, y nos fuimos a comer centolla a Tía Elvira.
Un manjar. Recomendación: pidan centolla al natural con limón y salsa golf (mitad ketchup, mitad mayonesa).

Al día siguiente, partimos para el Parque Nacional Lapataia.

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Allí finaliza la ruta 3, que comienza en Alaska y atraviesa toda América. Por ello es habitual ver fanáticos en moto, bicicleta o motorhome que llegan al lugar luego de haber hecho toda la travesía.

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En esta excursión se puede optar por hacer un paseo de unos pocos kilómetros en el Tren del Fin del Mundo, que recrea parte del camino que hacían los presos que eran enviados a la cárcel que existía en el lugar, los cuales trabajan cortando árboles para usar como leña, y otros trabajos que les eran asignados.

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Tren del fin del mundo

Antes de finalizar el paseo, pasamos por la Estafeta Postal que se encuentra en el lugar, sobre un muelle en el lago, y enviamos unas postales a la familia.

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Estafeta postal sobre el muelle
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Al salir, nos encontramos con una sorpresa: 200 motos de todo el mundo que andaban de paseo, con sus conductores que se juntan todos los años en Ushuaia. Un verdadero show.

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El tercer día nos fuimos para el lago Escondido y el Lago Fagnano, cerca de la ciudad de Tolwin.

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Lago Escondido

Por la tarde, después de comer el consabido cordero patagónico, nos fuimos a conocer la Cárcel, con su cúmulo de anécdotas y personajes.

El paseo a la cárcel, es un paso obligado para conocer la historia de Ushuaia y la del continente blanco, Antártida.

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La celda del escritor Ricardo Rojas que, en su época, optó por ir a la cárcel de Ushuaia en vez del exilio. Puedes leer su historia como preso político desde aquí.

En los pisos superiores, en las celdas, se ubican de manera recreativa las distintas expediciones, los trajes usados en distintas épocas, las rutas descubiertas, y los avances científicos que lograron con su audacia.

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Recreación de los carceleros del penal

El Papa Francisco, al iniciar su misión, dijo que llegaba desde el fin del mundo.

Este es el fin del mundo. Un lugar mágico, lleno de historias distintas, con una  mística única, con barcos que llegan desde el norte, y barcos que se van a la Antártida. Con rutas extensas que terminan justo allí, con caminos que luego de atravesar varios países concluyen sus historias en ese lugar…en el fin del mundo.

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El atardecer del cielo austral sobre Ushuaia, a las 11 de la noche, desde nuestra habitación en el hotel. Un lugar mágico

Un lugar que prometemos volver, y que te recomendamos para tu próximo viaje.

Hasta pronto…

Bicha de Espacio Claudelina

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